jueves, diciembre 02, 2004

A veces sueño con él… (I)

Ayer andando camino de casa de mis suegros, por alguno de esos extraños resortes de la memoria, volví a recordarle. Nos conocimos con 13 años y nos hicimos inseparables. Pasábamos horas y horas en su casa, haciendo collages mientras escuchábamos a Enya. Me animaba cuando estaba hundida y al revés. Casi siempre acabábamos riendo. Aunque nos veíamos a diario, nos escribíamos cartas diciendo la suerte que teníamos de ser amigos y lo mucho que nos queríamos. Un verano a la vuelta de sus vacaciones me dijo que tenía que hablar conmigo. Jairaki es algo muy fuerte, venga dime a ver qué puede ser. Pues no sé, M… ¿que has dejado embarazada a tu novia? (en aquel entonces salía con una chica de su pueblo). No, me contestó más fuerte todavía y sin saber porqué le solté. Pues no sé… ¿que eres homosexual? Síiiiii, tía ¿cómo lo has sabido???

Me quedé perpleja. En aquella época era muy diferente a estos tiempos que corren y era como si me hubiera dicho que la NASA le había contratado de astronauta. Si no estabas en el círculo era un mundo que te sonaba a chino, que existía, que lo aceptabas, pero no se veía. No entendía nada , su novia …, aquella chica que le gustaba… y me bombardeaba con información. Sabes éste también lo es, mira que tío más bueno, sabes el cura que da religión también. En unos días ya estaba todo asumido y mi relación con él no cambió. Bueno en algunas cosas sí, como aquella vez que le hice ir al lavabo cuando entraba el chico que me gustaba, para que me dijera cómo la tenía y yo esperando fuera. ¿Qué, cómo la tiene? No he podido mirar me daba vergüenza que se diese cuenta. Sólo he visto negro. Joe to negro, to negro, le decía yo. Con los años acabo saliendo con un joven maestro que vivía solo. Yo era su coartada para su madre. Me iba con él a Barcelona, los tres tomábamos un café, jugábamos al Scrable y me iba a dar vueltas por la ciudad, hasta que nos volvíamos a encontrar para coger el tren. La madre se enteró por una vecina que le había visto con un chico y se trastornó. Su apacible vida en casa, pasó a ser un infierno. A mi su madre me trataba de maravilla. Ayy si la Jairaki te quisiera como novio, con lo guapa y maja que es… En una carta que escribió a un amigo M. le decía que le estaba ayudando mucho, que era como su hermana que no tuvo nunca y su madre interceptó la carta. Entonces su actitud también cambió conmigo. Le hacía auténticas perrerías. Hasta que decidieron que le tenían que alejarle de las malas influencias y se fueron a Valencia, llevándose a su hijo con ellos.

Nuestra amistad continuó. Nos llamábamos y nos mandábamos fax desde nuestros trabajos (internet para la mayoría de mortales no existía). Me llamaba y cuándo estaba mal iba a pasar el fin de semana allí y animarle. Memorables aquellas salidas. Un día me llama llorando al trabajo. Estaba con un chico en Valencia y se había hecho una revisión y era seropositivo. Sus padres le habían echado de casa y no sabía qué hacer. Yo por aquel entonces salía con J y mi padres sabían toda la historia, incluso había pasado unas vacaciones de Semana Santa con todos nosotros en Tarragona. Llegué a mi casa, me preparé la bolsa y llamé a J. si me quería acompañar a Valencia perfecto, si no lo hacía cogería un autobús. Al salir él del trabajo cogimos el coche y nos fuimos hacia allí. Mi madre no quería que estuviera esperando en la calle y llamó a una hermana de mi padre que vivía allí y le explicó lo que pasaba. Ella ofreció su casa y su apoyo que de eso también sabe mucho. De momento ese fin de semana lo pasaríamos todos en su casa.

Cuando llegamos estaba en la calle. No se había atrevido a ir a casa de mi tía y los tres nos dirigimos hacia allí….

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