lunes, febrero 20, 2006

Mi muerte...

A los 18 años me hice donante de ojos y ese mismo día me robaron la cartera, con el carné de donante dentro. Entonces lo fui diciendo a quienes me querían por si llegaba el momento que supieran que era donante de ojos. Luego más tarde decidí que quería donar todo lo que se pudiera aprovechar (riñones, pulmones…) y también lo dije para que lo supieran… pero quitando estas breves conversaciones sobre ese día, nadie de los que me rodean quieren hablar del tema. Mi marido me manda callar, mis hermanas me mandan callar y me ponen mala cara y a mi madre ya ni se me ocurre hablarle del día que yo me muera.

No tengo miedo a morir (como ya os dije hace tiempo), aunque eso no quiere decir que quiera que llegue ese momento. Creo que lo que me espera después no es bueno ni malo, algo así como cuando dejas de respirar por unos segundos que no piensas en nada. También estoy convencida de que el trance entre esta vida y lo desconocido es agradable, por lo que mi madre vivió en primera persona hace años.

El párroco que ofició el funeral de mi padre dijo una gran verdad… En el mundo occidental no estamos preparados para la muerte. Es algo por lo que todos tenemos que pasar. Igual que nacemos llegará un día en el que nos tengamos que marchar para siempre.

Yo estoy preparada. Los que me rodean saben que les quiero, se lo digo y demuestro bastante a menudo. ¿Pero lo están ellos? A mi me gustaría que sí que lo estuvieran y por eso quiero que sepan que, llegado ese momento, …

… me gustará que estén un poco tristes (sólo un poco), pero que enseguida se les pase y que empiecen a recordar todas las risas que hemos compartido. Que no me olviden y cada semana tengan un pensamiento para mi, de esta forma seguiré viva en sus corazones. Que si hay otra vida al otro lado ya me las ingeniaré para sea como sea hacerles llegar una señal (que no sea muy acojonante tipo parar un reloj con la fecha de mi cumple o algo por el estilo). Que si les he mandado alguna señal y es que hay otra vida seguro que estaré muy feliz con las personas que hemos querido y hemos dejado en el camino. Que no se olviden de donar todos mis órganos que se puedan reciclar…

A mi marido, antes de que me pida que cambie de conversación, le digo siempre que después de donar todo quiero que me diseque y me deje sentadita en el sofá viendo vídeos de los Simpsons, South Park o Camara Café. Él me dice que sí que vale, pero que piensa ponerme vídeos de Médico de familia. Por favor, llegado el momento… ¡¡¡¡no se lo permitáis!!!! Esa no es forma de descansar en paz.