lunes, septiembre 07, 2009

Álex, アーティスト...

Enfrascada en la lectura de una revista manga, levanto la vista, no sea que me pase de estación, y no puedo creer lo que ven mis ojos. En la columna que cubre la papelera y hace de barrera a la vez de mi asiento veo un folio con un dibujo japonés de una chica. Ya es casualidad. No veo a nadie cerca y de repente diviso la cabeza del dueño del dibujo, que se levanta del suelo. Lo mira, lo dobla y lo vuelve a dejar allí.

Dudo en preguntar si lo ha hecho él, pero no lo hago. Sigo con la revista, pero no puedo dejar de mirar de reojo el papel. Una voz me arranca definitivamente de las páginas.

- T’agrada el manga?
- Si, molt.
- Doncs per tu.

Alex, que así se llama el autor, había visto lo que estaba leyendo, se sintió inspirado y en menos de una estación y con el imparable traqueteo del tren había creado semejante belleza con una cara que en tan pocos trazos expresa tanto. En unas estaciones más, me explica que lo más complicado del maga es precisamente la sencillez, igual que en la vida misma pienso yo. También me comenta la dificultad que le supone dibujar escenas seguidas, porque siempre sus trazos reflejan su estado de ánimo y es complicado hacerlo coincidir con la viñeta que toca dibujar.

Me hubiera gustado poderle decir que eso no le frenase, que dejase los huecos y los fuese rellenando según su estado de ánimo. Como en las películas, que ruedan todas las escenas de lluvia, de noche, de acción de un tirón, pero no pude. Llegó Ocata y ésa era su estación. Tuve tiempo, eso sí, de darle de nuevo las gracias, aunque no pude decirle que admiraba su espíritu y madera de artista. Esa generosidad difícil de encontrar, capaz de desprenderse de una obra salida de sus manos al poco de nacer, y dejarla en manos de una desconocida. Eso sí a muy buen recaudo. Gràcies, Álex.


Mi vida en tren:
Lágrimas...
Sobrepeso...
Sin Papa y sin dinero...
Violencia...
Matrix...

viernes, julio 03, 2009

Nada me turba...

Padezco anestesia mental últimamente. Casi nada me turba, casi nada me espanta, que diría Santa Teresa. Floto sobre las situaciones con la calma contagiada o heredada, no sabría muy bien especificar, de mi padre. Cuando nos enfrentábamos a operaciones de mi madre, su calma contagiosa y confianza en que no iba a pasar nada conseguía mágicamente que así fuese, contradiciendo a todos los pronósticos médicos.

No quiero pensar en nada, sólo tener el convencimiento de que todo irá bien, aunque a veces me descubro cagada de miedo, ante tantos frentes abiertos y tan peligrosos todos ellos.

Ayy, Sufumu de mis amores, valor, mucho valor…

sábado, enero 17, 2009

Carpe Diem...


Una mujer con sombrero y una maleta me sonríe en el Paseo de Gracia. Definitivamente, no. No la conozco. Esos segundos son suficientes para que mi empatía llegue con retraso. La mujer ha desaparecido y mi sonrisa vuela en el aire. Un señor la recoge. ¿Me llegó con retraso la sonrisa de la señora? ¿Habremos llenado Barcelona de sonrisas voladoras?


Life is a bitch
then you die
appreciate what you have…